Cuando el silencio no es salud
Es muy difícil ensayar una respuesta como me gustaría, sin torturar, por su extensión, al ya sufrido lector, por lo tanto me he propuesto ser inusualmente breve y responder, como siempre, con mi nombre y en mi nombre, sin esconderme, para tirar la piedra, en la denominación de una agrupación política.
Mas que entrar en el terreno de las intenciones prefiero navegar en las aguas de la casualidad, y pregunto ¿no es extraño que una carta abierta al intendente, para que pare a sus cruentos y sanguinarios colaboradores, se publique cuando el intendente esta en el uso de su licencia anual?
Lo primero que voy a decir es que “desafió públicamente” a la Unión Vecinal, a encontrar en los archivos periodísticos de nuestro medio una sola aparición refutante por parte de algún colaborador del intendente Espada, que no fuera en respuesta a algún atropello vecinalista, atropello muchas veces solapado, camuflado, indirecto, elíptico, metafórico, periférico, ambiguo, en dos palabras…vecinalismo explicito. No se puede ejercer la libertad de decir y no asumir el deber de escuchar.
Cada declaración escrita, televisiva o radial, de la Sra. Nidia Silva, mía o de otros funcionarios, ha obedecido a la necesidad de poner en blanco sobre negro, lo que el vecinalismo, por conveniencia política, tornaba gris y difuso. No ha habido una sola declaración que no conllevara la misión de tratar de esclarecer, según nuestras convicciones y nuestro accionar.
Mario Espada, lejos de ser el instigador de ninguna agresión, ha sido el blanco fijo del vecinalismo durante años, del mismo vecinalismo que destina esta semana cataratas de tinta a victimisarse, pidiendo clemencia, como la ovejita de Heidi al borde del barranco.
Defiendo con pasión y convicción (de no conocerse el significado de estos vocablos buscarlos en cualquier diccionario de la lengua castellana), como cada uno de sus colaboradores, a Mario Espada, quien en la vida me ha distinguido con su amistad y en el accionar publico me ha honrado, convocándome a trabajar con el, en este maravilloso proceso que diseñó y conduce, y cuyos frutos tangibles y evidentes, disfruta toda la comunidad.
El vecinalismo y sus mentores, disfrutaron de años y años de impunidad mediática, para decir de Mario Espada y de su acción política lo que se les viniera en ganas. Cosecharán su siembra muchachos, ese tiempo terminó. Lo que verdaderamente los angustia es que definitivamente, gracias a la libertad, la democracia y de la inauguración de un espacio culturalmente diferente, el tiempo del temor, el silencio y la concesión acomodaticia terminó. Todo será respondido en tiempo y forma, de acuerdo a nuestras convicciones y valores, bajo el liderazgo de un hombre que no instiga ni reprime a quienes lo acompañan.
Mas que entrar en el terreno de las intenciones prefiero navegar en las aguas de la casualidad, y pregunto ¿no es extraño que una carta abierta al intendente, para que pare a sus cruentos y sanguinarios colaboradores, se publique cuando el intendente esta en el uso de su licencia anual?
Lo primero que voy a decir es que “desafió públicamente” a la Unión Vecinal, a encontrar en los archivos periodísticos de nuestro medio una sola aparición refutante por parte de algún colaborador del intendente Espada, que no fuera en respuesta a algún atropello vecinalista, atropello muchas veces solapado, camuflado, indirecto, elíptico, metafórico, periférico, ambiguo, en dos palabras…vecinalismo explicito. No se puede ejercer la libertad de decir y no asumir el deber de escuchar.
Cada declaración escrita, televisiva o radial, de la Sra. Nidia Silva, mía o de otros funcionarios, ha obedecido a la necesidad de poner en blanco sobre negro, lo que el vecinalismo, por conveniencia política, tornaba gris y difuso. No ha habido una sola declaración que no conllevara la misión de tratar de esclarecer, según nuestras convicciones y nuestro accionar.
Mario Espada, lejos de ser el instigador de ninguna agresión, ha sido el blanco fijo del vecinalismo durante años, del mismo vecinalismo que destina esta semana cataratas de tinta a victimisarse, pidiendo clemencia, como la ovejita de Heidi al borde del barranco.
Defiendo con pasión y convicción (de no conocerse el significado de estos vocablos buscarlos en cualquier diccionario de la lengua castellana), como cada uno de sus colaboradores, a Mario Espada, quien en la vida me ha distinguido con su amistad y en el accionar publico me ha honrado, convocándome a trabajar con el, en este maravilloso proceso que diseñó y conduce, y cuyos frutos tangibles y evidentes, disfruta toda la comunidad.
El vecinalismo y sus mentores, disfrutaron de años y años de impunidad mediática, para decir de Mario Espada y de su acción política lo que se les viniera en ganas. Cosecharán su siembra muchachos, ese tiempo terminó. Lo que verdaderamente los angustia es que definitivamente, gracias a la libertad, la democracia y de la inauguración de un espacio culturalmente diferente, el tiempo del temor, el silencio y la concesión acomodaticia terminó. Todo será respondido en tiempo y forma, de acuerdo a nuestras convicciones y valores, bajo el liderazgo de un hombre que no instiga ni reprime a quienes lo acompañan.