martes, 15 de junio de 2010

DESDE LA SALA DE MAQUINAS

El concejal Jorge Norberto García, a través de su pronunciamiento público, fijó una posición ética sobre algunas acciones que, con tufillo de militancia política, pretende tomar a los sectores más vulnerables como simples rehenes. Para ello no se duda en utilizar un organismo del estado provincial que, en nuestro pueblo, debe ocuparse de fines específicos como la drogadicción, la lucha contra el tabaco y demás adicciones para orientarlo en prácticas demagógicas que superpone esfuerzos con las iglesias y el propio municipio.
El planteo se hace desde la supuesta sensibilidad social pero, en la práctica, pretende extender una metodología propia del gran buenos aires. Tres Lomas no es Malvinas Argentinas y se encuentra preservado de prácticas clientelísticas que ofenden la dignidad de nuestros vecinos.
Jorge García, sobriamente, eligió puntualizar su crítica en el supuesto programa anunciado desde un ámbito oficial provincial que no tiene como función específica dichas acciones. Tranquilamente, quienes lo corporizan pueden hacerlo desde su militancia política o desde su simple rol de vecino solidario pero el involucramiento institucional tiende a la confusión generadora de desprestigio de la actividad política.
Y cuando decimos que Jorge García fue sobrio y medido lo hacemos porque es contrariar el sentido de un partido político dar bolsones de comida, colchones, programas y dinero público desde un local partidario, práctica habitual de una unidad básica de nuestro medio.

SEBASTIAN VIA Y VERONICA VAGON

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